No solo se detuvo ahí, también invitó a Minami a masturbarse. ella misma con un juguete sexual que él trajo de casa para que ella fuera estimulada por el placer y él pudiera apoderarse libremente de este cuerpo regordete y voluptuoso sin dudarlo ni ser descubierto por los padres.
Las acciones de este tutor pervertido y hambriento de amor son muy dignas de condena. La enseñanza no es buena, sólo es mala.
